No me había equivocado demasiado. Ayer mismo me llegaron noticias de la hospitalización de Alfredo Pérez Rubalcaba. DIcen que a consecuencia del agotamiento tras las duras e infructuosas negiciaciones...pero sabemos cual es la verdad. Su úlcera se ha reproducido. Y el Presidente, sin apearse del burro.

La úlcera de Rubalcaba

No entra en mis inmediatos propósitos desearle mal alguno a nuestro cada día más maltrecho Ministro del Interior. Se las prometía muy felices con eso del "proceso de paz", y suponía que, según los designios del gran lider, este culminaría como tenía ideado en su imaginario tablero de ajedrez mental. Pord esgracia, el mencionado ajedrez se ha tornado mortal juego del tres en raya. Una furgoneta con sólo Dios sabe cuántos kilos de explosivos, y dos víctimas inocentes, cuyo único mal sería haberse quedado a dormir en sus coches, por no tener otro lugar más cómodo donde hacerlo.
Recuerdo el rictus de Pérez Rubalcaba cuando le tocó anunciar que "probablemete", la autoría correspondía a ETA. Pudimos apreciar cómo una terrible úlcera sangrante, propia de otros tiempos y otras responsabilidades que ya creía olvidadas, volvió a abrirse con toda su virulencia. Entiendo que la cosa comenzó cuando recibió las primeras llamadas informándole del "accidente". Con el predecible desconcierto ante lo dicho por el jefe días antes y lo ocurrido, supongo descolgó el teléfono para dirigirse humildemente al Presidente...y ahjí es cuando la úlcera volvió a sufrir otro espasmo..." No, Ministro, comprendelo, estoy en Doñana con las niñas y Sonsoles. Son unas fechas muy señaladas...(pausa para encender el pitillo); y estos mamones estarán esperando que de la cara para lanzar las turbas a la calle, de modo que creo que deberías llamar a Juan Luís y que ponga la máquina a funcionar que yo me vuelvo a la cama". Tercer retortijón que sólo fue el preámbulo de los muchos que tuvo y tiene que sufrir D. Alfredo en lo que le queda en el cargo, que por su salud espero sea poco. Le recomiedo vualva a la Universidad y se recluya en el Departamento del que no debió salir y tome las pertinentes dosis de antiácido que controlen ese rictus descompuesto. Es por su bien.