lunes, 6 de octubre de 2008

Restaurante el Farolillo

Mi amigo David, antiguo segundo maîte de Casa Pepe de la Judería se ha lanzado a la aventura de abrir su propio restaurante. Ha elegido un barrio de nueva construcción; el de Arroyo del Moro; y un concepto que mezcla lo clásico con lo moderno. Evidentemente le falta mucho para estar a pleno rendimiento ya que los colores elegidos no son los más acertados, (por muy pronto que nos levantemos, el color verde manzana combinado con el naranja y los focos halógenos no es una combinación acogedora, por no decir otra cosa). El local es diáfano, roto en su inicio por una pequeña estantería que separa la zona de barra de las diez mesas que componen el local. Una de las paredes está ocupada por una vitrina corrida dónde descansan los inicios de la bodega climatizada que surtirá el local.

Partiendo de que la vajilla y la cubertería son correctos, comienza el protocolo de la comida cuya cocina aparece a la vista gracias a la ventana tipo "pecera" que nos enseña sin que haya posibilidad de engaño, el proceso de elaboración de los platos que componen el menú. Como jefe de cocina tenemos a un viejo conocido de la restauración "de autor" de Córdoba. Su restaurante "la Sal" situado en la antigua calle de la Feria ofrecía una interesante fusión de platos clásicos tratados de forma moderna, casi vanguardista.

El menú, (optamos por una degustación), comenzó con una muestra dedos grandes aceites, el primero típicamente cordobés, fuerte y con mucho cuerpo y el segundo, prensado de aceituna arbequina con un muy interesante sabor almendrado. Continuamos con una ensalada tibia de tomate con anchoas que dejaba mucho que desear, tanto por sus extrañas texturas como por la ausencia de un sabor definido. Le sigue una milhoja de anguila simplemente estupenda, con un producto de calidad, ( por cortesía de las famosas conservas Bernete ), y continúa con un extraño corte. Un sorbete de cava sobre cama de ron miel...bastante mediocre. De ahí pasamos al pescado, (un bacalao correcto) y la carne, también acertada. El postre tampoco merece demasiada atención.

La cuenta asciende a algo más de 100 € y creo que David va a necesitar apretar mucho para estar a la altura de las circustancias. Por mi parte, le debo otra visita con más calma y cuando el restaurante haya rodado algo más.